El
artista mejicano visitó recientemente nuestra ciudad en el marco de
la gira The
Hits Tour que
presentó en nuestro país.
Luego
de un recital poco feliz en escenarios porteños, el cantante
romántico llegó a Córdoba para
enamorar a sus infaltables fans. Aquellas que le hicieron el aguante
el miércoles a la noche, cuando iba a presentar su primer show en
suelo cordobés, luego de 2 años de ausencia.
El espectáculo
previsto para las 21.30 del miércoles 29 tuvo que suspenderse debido
a que el Rey
no
pudo abordar su jet privado proveniente de Buenos Aires, por las
malas condiciones meteorológicas que azotaron a la ciudad.
Sus
seguidoras llegaron desde varias provincias y localidades vecinas a
la capital cordobesa, para encontrarse con la mala noticia: el show
se reprogramaba para los días 30 y 31 de octubre en el Superdomo
Orfeo. Tristeza,
desánimo, malas caras, un poco de insultos y malhumor, nada pudo
opacar la pasión y admiración que las mujeres de Luismi sienten por
el artista.
El jueves
30, con media hora de retraso,
el show se pudo disfrutar a pleno. Las
“incondicionales” chicas del Rey vivieron
con entusiasmo y muy buena vibra el espectáculo de la estrella del
bolero. En el escenario actuó junto a su prestigiosa banda, una
corista y pantalla gigante con fotos y vídeos de los mejores tiempos
físicos de Luismi.
No
hay dudas sobre el carisma y el talento que Luis Miguel mantiene
sobre el escenario. Los mas de 30 años de carrera lo han convertido
en el romántico más preciado de los últimos tiempos. Luis Miguel
sabe cómo enamorar y mantener contento a su público. Con todos los
guiños de una auténtico seductor, hace delirar con la mirada y con
su voz, un privilegio que solo tienen algunos genios. Es que Luismi
es uno de los pocos cantantes en el mundo que puede abarcar varias
octavas con su voz. Igualado por la memorable Whitney
Houston,
solo por nombrar un artista.
En
el nuevo show de Luis
Miguel,
se presentaron temas inéditos y en el cierre interpretó su último
single “Deja
Vú”,
donde el artista vuelve al
pop y los ritmos movidos,
estilos con los que se hizo famoso en sus primeros años de carrera.
El
mejicano tuvo tres cambios de vestuario, pasando de lo super formal
con traje y corbata para terminar con sus clásicas remeras negras
ajustadas a su estilo corpulento.
El
público cantó y aplaudió de pie cada unas de sus canciones,
mientras recibía las miradas del divo sobre el escenario. Luismi,
agradeció varias veces a su público presente, no hizo mención de
la suspensión de la función del 29 de octubre, y les pidió permiso para
interpretar el cancionero lento. Momentos en que el recital se vuelve
íntimo y el Rey
despliega todo su arte de seducción.
Cómo
no perdonarle al Rey su faltazo de la primer noche, pues él con sólo
una nota de su voz y una mirada, enamora a su fiel público,
mayormente femenino.
También
se observó público
masculino,
acompañando y cantando las canciones. Quizás buscando y memorizando
letra para alguna ocasional cita.
La
lluvia de papelitos metalizados anunciaba el fin del espectáculo,
las mujeres daban sus últimos suspiros y felices abandonaban las
butacas del Orfeo. Atrás quedó el mal recuerdo de la función
suspendida y casi todas se retiraron bamboleando su globo rojo, ícono
del amor que sienten por su ídolo.
Ya
de vuelta en un taxi, (camino a una fiesta postergada), el conductor
me preguntó:
-“..Y?.. Qué les regaló Luis Miguel?”.
-”Simplemente su voz. ¡No hace falta nada más!”.
-“..Y?.. Qué les regaló Luis Miguel?”.
-”Simplemente su voz. ¡No hace falta nada más!”.
Por Silvana Lovato