martes, 12 de octubre de 2010

Viaje al centro de la tierra


Ojala el título aludiera a la ficción de Julio Verne, aquella maravillosa aventura que el escritor nos hizo sentir, donde descubríamos un mundo plagado de criaturas del mundo subterráneo. Vivir en el mundus, en lo que está debajo, en el atrás de la vida, así se deben haber sentido los 33 mineros sepultados desde el 5 de agosto luego del derrumbe de la mina San José, mina de oro y cobre que se encuentra al norte de Santiago de Chile, a 30 km al noroeste de la ciudad de Copiapó. Y por fin llega el día en que comienza el rescate uno por uno de estos hombres atrapados en las profundidades de la tierra. Es una historia increíble que han estado siguiendo en todos los medios del mundo, atentos a los movimientos de la máquina perforadora que hizo un orificio de aproximadamente 700 metros de profundidad para llegar hasta ellos. En el campamento Esperanza se ha montado el Operativo San Lorenzo y se fabricó la cápsula Fénix 3 para el rescate. Hay 33 hombres sepultados bajo tierra desde el 05 de Agosto, momento en que se produjo un derrumbe a 400 metros de profundidad en la cuprífera San José, de la empresa San Esteban. Las grietas de la mina, una vetusta excavación de fines del siglo XIX, permiten la entrada de aire. Durante los 17 días que estuvieron sin contacto con la superficie, los mineros pudieron extraer agua y luz de dos camionetas y maquinaria que los acompañaban en las profundidades. En tanto, la comida fue racionada y las altas temperaturas del fondo de la mina combatidas con la ventilación de los vehículos.

En un primer momento se intentó un contacto con los mineros a través del túnel del yacimiento, pero al fracasar este primer salvataje se comenzó a idear un plan más complejo para encontrar a los mineros. Se perforó con maquinaria especial y se introdujo una sonda que llegó hasta los 623 metros de profundidad. El 22 de Agosto ocurrió el primer milagro, la sonda trajo un papel escrito con tinta roja como prueba de vida de estos hombre: "Estamos bien en el refugio los 33". Ese fue un emotivo momento donde familiares, representantes del gobierno chileno y todos los que fuimos testigos audiovisuales festejamos felices por este logro. Los muchachos estaban bien, con varios kilos menos, semidesnudos por el denso calor húmedo del refugio, y se los veía sonrientes pero... estaban a 7 cuadras bajo tierra. El equipo de ingenieros y especialistas en faena de rescate liderados por el ingeniero y jefe André Sougarret, se pusieron a idear la tarea de perforación y entubamiento. Al principio se calculó que se iban a demorar entre tres y cuatro meses hasta llegar a los mineros, información que no le dieron a los mineros. Otro equipo de especialistas médicos, psicólogos, nutricionistas, se encargaron de hablarles, atender sus necesidades y prepararles una dieta rica en líquidos y nutrientes.
Pasaron 50 días hasta que sucedió el segundo milagro de esta dramática historia. Se terminaron los trabajos de entubamiento y la Fénix estaba lista para rescatar uno por uno de estos 33 seres. La tarea se llevó a cabo durante 24 horas. Al principio la cápsula subió y bajó sola, en los siguientes 4 viajes al centro de la tierra trasladó a 4 resatistas, y finalmente a la 00:10 del dia 13 de Octubre por un conducto de 60 centímetros de diámetro aparecía sano y salvo el primer minero rescatado, Florencio Ávalos Silva de 31 años y jefe de la mina. Nuevamente la emoción, la alegría, la congoja y el final del drama se reflejaban en los rostros de la familia que iba al encuentro de su ser querido y se abrazaban y besaban y se fundían en lágrimas de felicidad. Fueron 33 escenas fuertes que la TV Chilena mostró al mundo entero. Sinceramente si todavía alguien piensa que Dios no existe, no sé qué le puede significar un hecho tan dramático como este. Un verdadero milagro para mí, que lo viví como espectadora, desde lejos, en el living de mi casa. Son hechos que nos acercan a la vida, al deseo de vivir, a la esperanza que es lo último que se pierde, y al seguir creyendo que hay algo que nos protege siempre.



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